viernes, 11 de mayo de 2018

Reseña: El libro del cementerio - Neil Gaiman

¡Saludos, terrícolas! En el día de hoy les traigo mi más reciente lectura. El libro del cementerio, de Neil Gaiman.

Ficha del libro:

Título: El libro del cementerio (título original: The Graveyard Book)
Autor: Neil Gaiman
Editorial: Harper
Fecha de publicación: 30/9/2008
Género: fantasía, terror
Páginas: 327

Sinopsis:

Guiado por su instinto, un bebé escapa de la cuna en medio de la noche y logra alcanzar el cementerio más cercano a su casa. El individuo que lo persigue, cuchillo en guante, acaba de asesinar a toda su familia y está decidido a terminar con él. Pero los espectros del camposanto protegen al pequeño y acaban acogiéndolo en sus tierras. Aunque esta vez se le ha escapado, el siniestro hombre Jack no descansará hasta cumplir su misión...

    Lo terminé el miércoles de noche. Jueves de madrugada, en realidad. Me quedaban veinte páginas y me daba cosa esperar hasta ayer para terminarlo.

    Precioso libro. Tuvo absolutamente de todo. Al principio pensé que era de terror, pero lo fui leyendo y me di cuenta de que tenía cosas de ese género, pero vistas desde otro punto de vista. Me recordó a la película Las brujas, con Anjelica Huston. Tiene cosas de terror o suspenso que se combinan con algo de comedia. No se inclina ni por un lado ni por otro. Capaz más por el lado ligero, salvo cuando aparecía el tema del hombre Jack. Es fantasía, mejor dicho. Casi una parodia.

    El personaje principal, Nobody Owens (Nadie Owens, en español), es absolutamente... te compra. Te enamorás de él. Al principio sentís lástima por él, porque quedó huérfano a tan temprana edad. El hombre Jack mató a sus padres y hermana. Se fue por sus propios medios al cementerio, y es adoptado por los amigables fantasmas del mismo, y Silas se convierte en su tutor. Es totalmente adorable, además. No quiere que haya mal en el mundo, por ejemplo, tomando cartas en el asunto cuando asiste a la escuela y nota el bullying de unos pocos respecto a los más chicos.

    Crecer en un cementerio tuvo sus ventajas. A Bod se le concedió la Libertad del Cementerio, que le permite adquirir algunas habilidades de fantasma (como desaparecer de la vista de alguien, instaurar miedo en un tercero, hablar con los habitantes del recinto). La única regla para todo esto es no cruzar los límites del lugar por su seguridad.

    El libro está escrito en formato de episodios, como si fueran historias cortas. Cada capítulo narra una aventura que tiene Bod a medida que crece.
    Sus personajes únicos y sus diversas personalidades hicieron que fuera placentero. Cada uno de ellos le dio su toque, tuvo su protagonismo. Y fue un lindo detalle presentar a los fantasmas con lo que decía en sus lápidas.

    Neil Gaiman presentó a la muerte como una extensión de la vida y no como el fin de la misma. Me gustó como hizo que la vida y la muerte coexistieran en un mismo espacio. Muy natural, y genuino.

    Capaz lo que faltó fue algo que ayudara a comprender a Silas. Su naturaleza. La orden a la que pertenece. Igualmente, me encariñé con él. Es un muy buen personaje, está bien caracterizado y se preocupa por Bod. Se toma muy en serio su rol en su vida.

    Uno de los temas del libro es cómo uno va ganando coraje para abandonar la zona de confort, tomar riesgos y descubrir el potencial que se tiene.
    El libro es una metáfora de crecer, conocer distinta gente, fracasar pero también tener éxito. Aprender sobre las cosas que nos rodean para después madurar y comenzar nuestras propias aventuras.
    Fue lindo ver cómo se retrató a una familia que no está unida por la sangre, pero se aman genuinamente. Bod vive en una comunidad que comparte compasión por el otro. Es un libro hermoso. Ojalá lo lean/hayan leído.




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