viernes, 13 de julio de 2018

Reseña: El caballo y el muchacho - C.S. Lewis

¡Saludos, terrícolas! Es el turno de la tercera parte de Las crónicas de Narnia. ¡Disfruten la lectura!

Ficha de libro:

Título: El caballo y el muchacho (título original: The horse and his boy)
Autor: C.S. Lewis
Editorial: Destino infantil y juvenil (Planeta)
Fecha de publicación: 6/9/1954
Género: fantasía
Páginas: 279

Sinopsis:

Narnia..., el lugar donde los caballos hablan..., donde se maquina una traición..., donde el destino aguarda su momento.
Dos fugitivos se encuentran en un viaje desesperado y, con la ayuda de Aslan, aúnan sus fuerzas no sólo para huir sino también para evitar la conspiración que pretende arrebatar el país y los territorios circundantes al rey Archenland. Pero una batalla terrible decidirá su destino y también el de Narnia.
Narnia, la tierra donde todo puede suceder.


    Fue el quinto libro en lanzarse, pero es el tercero en la heptalogía. Y en éste, el protagonista no accede desde el "mundo real" a Narnia. En realidad, esta historia ni siquiera comienza en Narnia. Shasta es un niño que vive en las tierras de Calormen, con el que cree que es su padre, hasta que un visitante pretende comprarlo como esclavo. Shasta se entera, mediante una charla que mantienen el visitante y su padre, que no es hijo de éste, y que es de las tierras del norte.

    Otro aspecto interesante de este libro, es que la historia tiene lugar antes del fin de El león, la bruja y el armario. Los Pevensie aún reinan Narnia, e incluso Shasta se encuentra con algunos de ellos.

    Como los demás libros, éste también se lee fácil y ágilmente, aunque es un poco distinto de los demás porque (aunque en los anteriores -cronológicos, hablando de Narnia- apareció la Bruja Blanca como representante de la maldad) aquí se tocan temas más escabrosos, como la esclavitud, las torturas, las guerras. Shasta huye de su "destino" como esclavo, con Bree, el caballo, que quiere volver a su tierra, Narnia.

    Calormen parece ser una metáfora de los países del Medio Oriente, y como ven allí al gran Tisroc, suena a metáfora de la religión islámica. Hay un gran contraste entre Calormen y su religión, y Narnia y la suya propia.

    Algo en lo que se destaca Lewis, es en mostrar la inocencia e ingenuidad de los personajes, acorde a la edad de los lectores. Los obstáculos con los que se enfrentan, son aprovechados para brindar lecciones morales y educativas. Aquí muestra la vanidad (Bree) y la soberbia (Aravis). Ambos menosprecian a Shasta y no lo toman muy en serio, pero logran evolucionar para llegar al punto en que ven las cosas desde otra perspectiva, aprendiendo a ser más humanos y modestos.

    Es un libro distinto a los demás, pero no por eso no recomendable. Disfruté leyéndolo, porque descubrí otros aspectos del universo mágico de Lewis. Conocemos otros países, otras culturas. Lewis expande su propio universo de forma creíble. Los países de la vida real no son iguales, así que los suyos no tienen por qué serlo. Muestra distintas realidades al público original, los niños, a modo educativo, pero también a los de otras edades. Me gustó mucho.




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